Parece
ser que la Wii de Nintendo comienza a ver con buenos ojos el resurgir
de un género que muchos calificaban ya como muerto. Las míticas
aventuras gráficas regresan, y por lo visto parecen encontrar en Wii un
refugio muy calido y especial, gracias a la estructura de un mando que
bien puede asemejarse a la distribución de un ratón convencional. Con
Zack & Wiki los amantes del género disfrutaron como enanos (sobre
todo por su original planteamiento). El anuncio de “Sam & Max:
Season One” para la consola de masas del momento también se convertía
en todo un fenómeno. En estos momentos, y gracias a la desarrolladora
FushionSphere nos llega “Secret Files: Tunguska”, un juego algo más
serio a lo que estamos acostumbrados, pero no falto de calidad en su
versión original. Y es que, pese a tratarse de un port de PC y llegar
un año más tarde de lo deseado a nuestras pantallas, la expectación
sigue siendo igual de elevada. Esperemos que cumpla con las
expectativas que teníamos marcadas…
Lo
primero que llama la atención de un juego como éste es su planteamiento
cinematográfico, su historia completamente madura y su narración
francamente directa. Y no es para menos, ya que en el olvidado mundo de
las aventuras gráficas, lo que manda por encima de todas las cosas es
el guión. Dicho esto, encarnaremos el rol de Nina Kalencov, en una
historia contada en nuestro tiempo que nos llevará desde Alemania hasta
los países más inhóspitos del planeta. La extraña desaparición de
nuestro padre será el punto de partida, dejando a nuestra merced una
aventura llena de amor, traición y amistad, además de unas ligeras
pinceladas de realidad, basadas en un extraño pero cierto misterio: el
conocido incidente Tunguska. Siendo un misterio todavía a día de hoy,
los archivos clasificados de Tunguska nos llevan hasta el día 30 de
junio del año 1908, donde una devastadora explosión en Rusia arrasó con
todo lo que había en 2000 kilómetros cuadrados a la redonda. Nadie sabe
la respuesta, y desde meteoritos hasta agujeros negros, toda teoría es
valida. Así que, visto lo visto, mucho tendrían que cambiar las cosas
como para no darle una buena oportunidad al juego, ¿no os parece?.
Jugabilidad Pese
a tratarse de un juego de ordenador convertido a la plataforma de
Nintendo, la forma de jugar es muy sencilla gracias a la genial
implementación del Wiimote. Tenemos dos opciones diferentes: la primera
consiste en emplear un solo mando y la otra nos deja la posibilidad de
conectar el Nunchuk. El mejor de los dos sistemas es el que sólo
requiere un controlador. Con esta configuración, podremos mover al
personaje presionando el botón A al mismo tiempo que apuntamos hacia la
zona de la pantalla donde queremos que se dirija. El gatillo es el que
hace las veces de explorador, y nos sirve para recoger objetos y pasar
diálogos rápidamente entre los distintos personajes que frecuentan la
aventura. La cruceta de dirección se utiliza para abrir nuestro
inventario y seleccionar los objetos deseados, si bien también podemos
hacerlo manualmente con el cursor que aparece en pantalla (que
curiosamente tiene forma de wiimote). Finalmente, los botones 1 y 2 nos
sirven para activar la ayuda del juego o entrar en una pantalla donde
nos explican cómo jugar y qué hace cada botón. En cuanto a la opción
del Nunchuk, todo es exactamente igual, salvando que para mover a
nuestro personaje podemos emplear el stick analógico cual juego en
tercera persona se tratase. Ésta última opción es muy cómoda si
hablamos de precisión, aunque mucho más molesta si tenemos en cuenta
que necesitamos tener las dos manos ocupadas para hacer lo mismo. Lo
que está claro es que, sea cual sea nuestra opción será acertada, lo
cual es de agradecer.
Hablando
de lo que realmente importa del juego, la aventura se basa en el
clásico sistema de point & click. Éste sistema es muy simple, y se
basa en una serie de puntos calientes que podemos localizar dentro del
escenario conforme vamos pasando el cursor. En ocasiones podemos
recogerlos y guardarlos debidamente en nuestro inventario, y en otras o
son simple relleno o nos dan pistas muy importantes para seguir con la
aventura. Además la interfaz es tan clara y sencilla, que cuando hemos
localizado un elemento del escenario interactivo, el Wiimote nos señala
con colores todas las opciones que podemos hacer con él (gatillo para
recoger o usar un objeto, y el botón A para obtener información de
interés). Una vez tengamos muchos objetos en el inventario, no será de
extrañar que tengamos que inventarnos algún truco para combinar objeto
A con objeto B para rematar la faena inventando la pólvora. La mayoría
de ocasiones los problemas o puzzles planteados se solucionan
combinando objetos del inventario, no obstante, el juego nos regala
algún que otro minijuego de tablero en el que tenemos que rebanarnos
los sesos de mala manera. Y para aquellos que anden un poquito más
despistados, el juego siempre dejará abierta una opción de pistas
interactivas en las que será imposible perderse. De todas formas,
podremos desactivar la posibilidad de ayuda interactiva en el menú de
opciones si preferimos pasarnos el juego como unos campeones.
En
definitiva, “Secret Files: Tunguska” lo tiene todo para encandilar a
los puristas del género, y lo suficiente como para dejar una muy buena
sensación de boca a los que todavía no saben por dónde van los tiros.
Pese a que nos encontramos con algunos pequeños puntos negros en el
desarrollo de la aventura, su interfaz claro y directo evoca un aroma a
las aventuras de antaño más que evidente. Su guión claramente
cinematográfico, y su perfecta localización a nuestro idioma lo
convierten en un plato de muy buen gusto. Una pena que las tipografías
no acompañen en algunos momentos y que haya pequeños detalles mal
traducidos (los podemos contar con los dedos de una mano), porque
estamos hablando de un juego muy recomendable y que, a todas luces,
deja entrever un esfuerzo muy grande en su desarrollo.